Washington D.C. – El destino de TikTok en Estados Unidos pende de un hilo. La popular aplicación de videos cortos, propiedad de la empresa china ByteDance, se enfrenta a un ultimátum definitivo del gobierno estadounidense: vender sus operaciones en el país antes del 17 de septiembre o enfrentar un bloqueo total. Esta prórroga de la fecha límite extiende un tenso capítulo en la creciente guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, poniendo en juego el futuro de una plataforma con más de 170 millones de usuarios estadounidenses.
La medida, impulsada por la «Ley de Protección de los Estadounidenses contra Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros», surge de profundas preocupaciones de seguridad nacional en Washington. El núcleo del conflicto es el temor a que el gobierno chino pueda obligar a ByteDance a entregar los datos sensibles de los usuarios estadounidenses o manipular el contenido que ven, utilizándolo como una herramienta de influencia.
La encrucijada de la seguridad nacional
Funcionarios estadounidenses han expresado reiteradamente su inquietud sobre la estructura de propiedad de TikTok. La legislación china, argumentan, podría exigir a las empresas con sede en el país que cooperen con las agencias de inteligencia, lo que convierte los datos de millones de estadounidenses en un activo potencialmente vulnerable. «No se puede tener control chino y tener algo en 100 millones de teléfonos estadounidenses. Eso simplemente no está bien», declaró el secretario de Comercio, Howard Lutnick, resumiendo la postura de la administración.
Las preocupaciones no se limitan solo a la privacidad de los datos. También existe el temor de que el poderoso algoritmo de recomendación de TikTok pueda ser utilizado para difundir propaganda o desinformación, influyendo sutilmente en la opinión pública sobre temas sociales y políticos divisivos. A pesar de que TikTok ha negado repetidamente haber compartido datos con el gobierno chino y ha invertido más de 1.5 mil millones de dólares en iniciativas como el «Proyecto Texas» para almacenar datos de EE. UU. en suelo estadounidense, estas garantías no han logrado disipar las dudas en Washington.
La postura de ByteDance y la negativa de China
Desde Beijing y las oficinas de ByteDance, la perspectiva es radicalmente diferente. La compañía ha calificado la ley estadounidense como un ataque a la libre expresión y ha negado rotundamente las acusaciones, afirmando que nunca entregaría los datos de los usuarios estadounidenses. China ve la medida como un acto de proteccionismo diseñado para reprimir a un competidor tecnológico exitoso.
El gobierno chino ha manifestado que se opondrá firmemente a una venta forzada, considerándola una «flagrante intimidación». Un punto crítico en cualquier negociación es el destino del algoritmo de TikTok, considerado la joya de la corona de la aplicación. En 2020, China actualizó su lista de tecnologías de exportación restringida para incluir algoritmos de recomendación de contenido, lo que significa que Beijing tendría que aprobar cualquier transferencia de esta tecnología clave, complicando enormemente una posible venta. Fuentes cercanas a ByteDance han sugerido que la compañía preferiría cerrar sus operaciones en EE. UU. antes que vender la empresa sin su algoritmo.

El impacto para creadores y empresas
Más allá de la geopolítica, una prohibición de TikTok tendría consecuencias económicas y culturales masivas. Para millones de creadores de contenido, influencers y pequeñas empresas, la plataforma es mucho más que entretenimiento; es una fuente vital de ingresos y una herramienta de marketing fundamental.
Un cierre abrupto podría eliminar una fuente de ingresos estimada en 1.3 mil millones de dólares mensuales para la economía de los creadores. Desde artesanos que venden sus productos hasta comediantes que construyeron su carrera en la plataforma, la incertidumbre es máxima. Muchos se verían obligados a reconstruir sus comunidades y modelos de negocio desde cero en otras plataformas, donde la competencia es feroz y los algoritmos funcionan de manera diferente. El algoritmo de TikTok es un motor clave para que los creadores moneticen su contenido, y su posible pérdida representa un desafío significativo.
Negociaciones a contrarreloj
Con la nueva fecha límite del 17 de septiembre, la presión aumenta para encontrar un comprador aprobado por Estados Unidos. Aunque se ha informado que varios grupos de inversores y grandes empresas tecnológicas como Oracle y Microsoft han mostrado interés en el pasado, las negociaciones son complejas.
Cualquier acuerdo debe satisfacer no solo al gobierno de EE. UU. en cuanto a la estructura de propiedad y el control de los datos, sino que también necesita la improbable aprobación del gobierno chino si el valioso algoritmo está incluido en el paquete. Mientras tanto, el tiempo corre para los 170 millones de usuarios en Estados Unidos, quienes observan atentamente si la aplicación que se ha integrado en su vida diaria «se apagará» en los próximos meses.