En el incesante flujo de tendencias de TikTok, ha surgido una que promete revolucionar la forma en que nos hidratamos: añadir sal al agua. Videos con millones de visualizaciones muestran a usuarios espolvoreando sal del Himalaya, sal celta o simplemente sal de mesa en sus vasos de agua, asegurando que es la clave para una hidratación superior, más energía y un equilibrio mineral perfecto.
Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es realmente una práctica beneficiosa o se trata de otro peligroso reto viral disfrazado de consejo de bienestar? Analizamos lo que dice la ciencia sobre esta popular tendencia.
El origen del trend: ¿por qué se añade sal al agua?
La premisa detrás de esta tendencia es que el agua que bebemos habitualmente, especialmente la filtrada o embotellada, carece de los minerales y electrolitos esenciales que nuestro cuerpo necesita. Según los defensores de esta práctica, añadir una pizca de sal «natural» o «sin refinar» no solo repone estos elementos, sino que ayuda al cuerpo a absorber el agua de manera más eficiente a nivel celular.
Los electrolitos, como el sodio, el potasio y el magnesio, son cruciales para funciones corporales vitales, incluyendo la función nerviosa, la contracción muscular y, efectivamente, el equilibrio de los fluidos. La idea, por tanto, es que al añadir sal se crea una especie de bebida deportiva casera que mejora la hidratación general.
Los supuestos beneficios del agua con sal, según TikTok
Quienes promueven esta práctica en redes sociales enumeran una serie de ventajas que, a primera vista, suenan muy atractivas. Los principales beneficios que se le atribuyen son:
- Mejor hidratación: Se afirma que el sodio ayuda a que el agua penetre más eficazmente en las células.
- Repone electrolitos: Ideal para después de hacer ejercicio o sudar mucho, ya que se recuperan los minerales perdidos.
- Aumenta la energía: Un correcto equilibrio de electrolitos puede combatir la fatiga.
- Mejora la digestión: Algunos promotores sugieren que estimula los ácidos del estómago.

La ciencia responde: ¿realmente funciona o es peligroso?
Aquí es donde la tendencia choca con la realidad médica. Aunque los electrolitos son indispensables, la gran mayoría de las personas obtienen sodio más que suficiente a través de su dieta diaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día, una cifra que muchas dietas occidentales superan con creces.
La verdad sobre la hidratación y el exceso de sodio
Para la persona promedio, el agua pura es perfectamente adecuada para una correcta hidratación. El cuerpo humano está diseñado para gestionar el equilibrio de líquidos y electrolitos de manera muy eficiente. Introducir un exceso de sodio puede, paradójicamente, tener el efecto contrario al deseado.
Cuando hay demasiado sodio en el torrente sanguíneo, el cuerpo extrae agua de las células para diluirlo, lo que puede provocar deshidratación celular. Además, los riñones tienen que trabajar más para filtrar y eliminar ese exceso de sal, lo que supone una carga adicional para estos órganos vitales.
Los riesgos ocultos de consumir sal en exceso
Añadir sal al agua de forma innecesaria puede acarrear serios riesgos para la salud a corto y largo plazo:
- Hipertensión arterial: El consumo elevado y constante de sodio es uno de los principales factores de riesgo para la presión arterial alta.
- Problemas renales: Obliga a los riñones a un sobreesfuerzo continuo que puede deteriorar su función con el tiempo.
- Enfermedades cardiovasculares: La hipertensión aumenta significativamente el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Retención de líquidos: Un exceso de sal puede causar hinchazón y edemas.
¿Cuándo es realmente necesario reponer electrolitos?
Existen situaciones muy específicas en las que una bebida con electrolitos puede ser beneficiosa, pero la tendencia de TikTok no es la forma adecuada de abordarlas. La suplementación es recomendable en casos de:
- Ejercicio intenso y prolongado: Atletas que realizan entrenamientos de más de una o dos horas de duración y con alta sudoración.
- Calor extremo: Personas que trabajan o viven en condiciones de calor intenso que provocan una sudoración excesiva.
- Enfermedades: Episodios de vómitos o diarrea severos que causan una pérdida significativa de líquidos y electrolitos.
En estos casos, lo ideal es recurrir a bebidas deportivas formuladas científicamente o a sueros de rehidratación oral, que contienen una proporción equilibrada de glucosa y electrolitos para una absorción óptima, algo que el «agua con sal» casera no garantiza.
Alternativas saludables para mantenerte hidratado y con energía
En lugar de seguir tendencias virales potencialmente dañinas, existen formas seguras y efectivas de asegurar una buena hidratación y un correcto balance de minerales:
- Beber suficiente agua: La recomendación más simple y efectiva. Escucha a tu cuerpo y bebe cuando tengas sed.
- Dieta equilibrada: Consume frutas y verduras ricas en electrolitos naturales como plátanos (potasio), aguacates (potasio), espinacas (magnesio) y naranjas.
- Agua de coco: Es una fuente natural de electrolitos y una buena alternativa ocasional a las bebidas deportivas.
- Consulta a un profesional: Si sientes fatiga crónica o crees que puedes tener un desequilibrio electrolítico, habla con un médico o un nutricionista.
Conclusión: ¿es recomendable seguir esta tendencia de TikTok?
La respuesta contundente de la comunidad médica y científica es no. Para la inmensa mayoría de la población, añadir sal al agua no solo es innecesario, sino que puede ser perjudicial para la salud. La dieta moderna ya proporciona una cantidad de sodio más que suficiente, y los riesgos asociados al consumo excesivo, como la hipertensión y los problemas renales, superan con creces cualquier supuesto beneficio.
Antes de adoptar cualquier consejo de salud visto en redes sociales, es fundamental aplicar el pensamiento crítico y consultar fuentes fiables o a profesionales de la salud. La hidratación es vital, pero la mejor forma de lograrla sigue siendo la más sencilla: beber agua.