El futuro de TikTok en Estados Unidos pende de un hilo. La administración del presidente Donald Trump ha lanzado una advertencia contundente: la popular aplicación de videos cortos cesará sus operaciones en el país si el gobierno de China no aprueba un acuerdo de venta que transfiera su control a manos estadounidenses antes del 17 de septiembre. La medida subraya la creciente tensión entre Washington y Pekín en el ámbito tecnológico y de la seguridad nacional.
La advertencia del gobierno: Venta o cese de operaciones
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, fue el encargado de comunicar la decisión final del gobierno. En una declaración clara y directa, Lutnick afirmó que TikTok «se apagará» para sus millones de usuarios en Estados Unidos a menos que China dé luz verde a un pacto que garantice el control estadounidense sobre la aplicación. «Hemos tomado la decisión. No se puede tener control chino sobre algo que está en 100 millones de teléfonos estadounidenses. Eso simplemente no está bien», sentenció Lutnick.
La exigencia central de Washington es que los estadounidenses no solo sean dueños mayoritarios de la nueva entidad, sino que también controlen la tecnología y, crucialmente, el algoritmo que ha hecho de TikTok un fenómeno mundial. Según la propuesta, la empresa matriz de TikTok, ByteDance, con sede en Pekín, podría conservar una participación minoritaria, pero el control operativo y de los datos debe pasar a Estados Unidos.
El origen del conflicto: Seguridad nacional y datos de usuarios
Esta confrontación tiene sus raíces en preocupaciones de larga data sobre la seguridad nacional. El gobierno de EE. UU. teme que, debido a las leyes de seguridad chinas, el gobierno de Pekín pueda obligar a ByteDance a entregar los datos personales de los 170 millones de usuarios estadounidenses de la plataforma o a utilizar la aplicación para campañas de desinformación.
Estas preocupaciones culminaron en la promulgación de la «Ley de Protección de los Estadounidenses contra Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros» en 2024. La legislación, que recibió un abrumador apoyo bipartidista en el Congreso y fue firmada por el entonces presidente Joe Biden, prohíbe a las tiendas de aplicaciones y a los servicios de alojamiento web de EE. UU. ofrecer TikTok mientras permanezca bajo el control de ByteDance.
Aunque TikTok ha negado sistemáticamente que compartiría datos con el gobierno chino y ha emprendido acciones legales contra la ley, la Corte Suprema de EE. UU. ratificó la legislación, considerando que los riesgos para la seguridad nacional superan las preocupaciones sobre la libertad de expresión.
¿Qué implica un acuerdo de venta?
La búsqueda de un comprador estadounidense ha sido un proceso complejo. En 2020, durante la primera administración de Trump, se gestó un acuerdo preliminar que involucraba a los gigantes tecnológicos Oracle y Walmart. La idea era crear una nueva empresa, TikTok Global, con sede en EE. UU., en la que Oracle y Walmart tendrían una participación combinada del 20%. Oracle se encargaría de alojar todos los datos de los usuarios estadounidenses en su nube para garantizar la seguridad, mientras que Walmart aportaría su experiencia en comercio electrónico.
Sin embargo, ese acuerdo nunca se concretó. Un punto clave de fricción ha sido el valioso algoritmo de recomendación de contenido de TikTok. El gobierno chino actualizó sus reglas de control de exportaciones para incluir tecnologías como los algoritmos de recomendación, una medida vista como un intento de complicar cualquier venta forzada. ByteDance ha indicado que preferiría cerrar sus operaciones en EE. UU. antes que vender la aplicación sin su algoritmo central.

El papel de China y las tensiones comerciales
La aprobación de Pekín es el obstáculo final y más significativo. Cualquier acuerdo de desinversión que ByteDance negocie debe ser ratificado por el gobierno chino, que ha calificado la presión estadounidense como una «intimidación» y una venta forzada.
La situación se ha complicado aún más por las tensiones comerciales más amplias. Un acuerdo que parecía cercano a principios de 2025 se estancó después de que la administración Trump anunciara la imposición de nuevos y elevados aranceles a las importaciones chinas. En respuesta, China indicó que no aprobaría la venta de TikTok, vinculando directamente el destino de la aplicación a la disputa comercial.
Los plazos y las extensiones de Trump
La ley original establecía un plazo para la venta que vencía el 19 de enero de 2025. Sin embargo, desde que asumió el cargo, el presidente Trump ha emitido tres órdenes ejecutivas para extender el plazo, argumentando la necesidad de dar más tiempo para negociar un acuerdo favorable y evitar un cierre abrupto. La última extensión fijó la fecha límite en el 17 de septiembre.
El presidente ha expresado un interés personal en encontrar una solución, mencionando que tiene un «punto débil» por la aplicación y reconociendo su popularidad, especialmente entre los votantes jóvenes. Incluso ha afirmado tener un grupo de «gente muy, muy rica» lista para comprar la aplicación.
El futuro incierto de TikTok en Estados Unidos
Con la fecha límite acercándose rápidamente, la comunidad de creadores y usuarios de TikTok en Estados Unidos se enfrenta a una gran incertidumbre. La advertencia del Secretario de Comercio deja poco lugar a la ambigüedad: si no hay un acuerdo aprobado por China para mediados de septiembre, la aplicación desaparecerá de las tiendas de aplicaciones y dejará de funcionar en el país.
El destino de TikTok se ha convertido en una pieza clave en el tablero geopolítico entre EE. UU. y China. La resolución de este conflicto no solo determinará el futuro de una de las plataformas sociales más influyentes del mundo, sino que también podría sentar un precedente sobre cómo las potencias mundiales regulan la tecnología y los flujos de datos transfronterizos. De la exploración a la adicción: Cómo el algoritmo de TikTok aprende qué te gusta La decisión final, que ahora recae en gran medida en Pekín, será observada de cerca en todo el mundo.